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A principios del siglo XII, Fibonacci propuso un problema ingenioso que simulaba el crecimiento de una familia de conejos. Estableció seis condiciones que definían el problema:

  • Los conejos son fieles siempre a la misma pareja.
  • La hembra cada mes pare a una pareja de gazapos (la cría del conejo) de ambos sexos.
  • Los conejos son muy liberales y se aparean con sus propios hermanos.
  • Los conejos empiezan a procrear a la edad de un mes.
  • Los conejos nunca mueren.
  • En el primer mes sólo existe una pareja de conejos, que además se encuentra en edad de reproducirse.

Curiosamente, el número de conejos que hay cada mes se encuentra definido por la sucesión de Fibonacci. Veámoslo con una animación.